Recordando películas con música, uno se encuentra con varias en las que grupos inventados crean grandes momentos y se recuerda más que la propia película. Este es el caso de "The Soggy Bottom Boys" o la traducción al castellano, Los Traseros Mojados.
Este grupo pertenece a la comedia O, Brother, Where Art Thou? (2000) de los hermanos Coen. La película propició un impulso al género de bluegrass, música típica de Kentucky y popular en los 40´s.
La banda sonora acabó vendiendo 8 millones de copias, una mayor cantidad que la propia película.
Como anécdota, una conversacion entre Dan Tyminski, uno de los cantantes encargados de interpretar los temas,que le dijo a su mujer " En la película verás a George Clooney, pero oirás mi voz cantando" a lo que ella contestó " Eso es lo que siempre había deseado"
Aquí tenéis el tema principal de la película, si queréis ir directos al turrón, comienza en el 1,19, aunque el acento no tiene pérdida:
Basada en la vida del músico Dave van Ronk, que fue parte de la escena
musical folk del Greenwich Village de los sesenta y que describe una
semana en la vida de este joven cantante mientras recorre la escena
musical del Greenwich Village de 1961.
Llewyn Davis ha llegado a una
encrucijada. Se enfrenta a un despiadado invierno neoyorquino con la
guitarra a cuestas para abrirse camino como músico mientras intenta
superar tremendos obstáculos, algunos creados por él mismo.
Sobreviviendo gracias a la generosidad de amigos y extraños, y
trabajando donde puede, las desventuras de Llewyn le llevan desde los
cafés del Village hasta un club vacío en Chicago, en una odisea con la
esperanza de realizar una prueba para el magnate de la música Bud
Grossma.
Ha salido un nuevo tráiler en español,y por lo que podemos apreciar, será una historia dramática pero con un toque musical que seguro que nos engancha desde el principio. Podremos disfrutar de la película el 1/1/2014, ¿a alguien se le ocurre un plan mejor para empezar el año?
Aquí os dejo el tráiler y su tema principal interpretado por el actor principal, Oscar Isaac y el cantante de Mumford and Suns, Marcus Mumford:
Cada bebida alcohólica tiene su banda sonora, queda al gusto de
cada cual elegir con qué tema concreto degustar cada licor o combinado,
pero aquí van unas humildes propuestas. Como consejo, intenten no degustar todas bebidas de manera
consecutiva, sean prudentes o la resaca podría durar días...
Cerveza
Para empezar, si consume usted el producto alcohólico más básico y
popular probablemente le guste alzar en determinadas ocasiones una buena
jarra al aire mientras intenta vocalizar un indefinido estribillo en
inglés, el cuál no tiene ni idea de lo que dice, con el volumen más elevado posible. Para esta bebida, hay que meterse en situación: fin de semana, noche, concierto en un local lleno de humo, suelo pegajoso y repleto de carteles por las paredes, una cerveza helada en la mano y deseándo que suene esa canción para poder alzarla. No se preocupe, hay bandas que ya han pensado en ese momento, como por ejemplo The Beastie Boys y su mítico You Gotta Fight for your Right, con el cuál, las borracheras ya no serán lo mismo.
Whisky escocés
Hablando de whisky escocés estamos de
acuerdo en algo: necesitamos una gaita. Pero probablemente una marcha
escocesa partiría en dos la fiesta, así que buscaremos una canción más
movida que contenga una gaita. Sí, quizá sepa usted ya por dónde van los
tiros y haya adivinado el tema en cuestión. Aquí tenemos a Bon Scott con su
gaita y sus tatuajes demostrándonos que la gaita y el rock &
roll no tienen por qué estar reñidos en absoluto:
Whiskey irlandés
Es muy probable que haya usted pensado
en la opción más obvia para amenizar una velada musical con un homenaje
al whiskey irlandés: Whiskey in the jar, aquel tema que interpretaron The Dubliners, Thin Lizzy, o Metallica en una versión basada en la del grupo de Phil Lynott. Si piensa así, ha acertado, una opción idilica:
Ruso blanco
Si pide usted por ahí que le sirvan un ruso blanco, no se me ocurre otro motivo que el que lo haya usted visto en la película El gran Lebowski. Escena icónica de la película en la que El Nota pierde la cabeza y empieza alucinar con Kenny Rogers de fondo:
Champagne
Otra bebida a la que se han dedicado
muchos temas. Lo obvio sería poner a Oasis y su himno Champagne Supernova, pero si hay una canción musicalmente memorable y que
además deja bien claro su mensaje, esta es Champagne & Reefer del gran Muddy Waters:
«Traedme champagne cuando estoy sediento y marihuana cuando quiero
colocarme, y no me complicaré con la cocaína». Una lección profunda y
prudente:
Solo es una pequeña muestra de la relación entre la música y la bebida, más adelante ampliaremos la interminable lista de temas que hablan sobre el alcohol, los problemas que intenta resolver y sus efectos. Y recuerden, si se pasan, se lo pierden
Baby blue, la memorable canción de Badfinger de 1972, que suena en la última escena de Breaking Bad, fue idea de Vince Gilligan, creador de la serie. Thomas Golubić, el supervisor musical, elegía una y otra vez canciones con la palabra azul
(el color de la metanfetamina premium de White), y Gilligan rechazó
cada una de ellas muy educadamente."Cuando dijo, 'creo que ésta es la
canción adecuada para cerrar el último episodio', no la escuché mucho",
cuenta Golubić. "Pensaba que era una pequeña canción de amor".
"Pero cuando llegó ese maravilloso plano con grúa
sobre Walter White, y pusimos la canción [pensé], 'ahora lo entiendo
todo", continúa Golubić. "Es una historia de amor entre Walt y su devoción por la ciencia,
y ésta fue su creación más grande, su mayor triunfo como químico". No
trataba de Walter White como un criminal o un asesino o una persona
terrible. Era sobre él, poniendo fin en sus propios términos. Creativamente encajaba".
Baby blue fue inspirada por Dixie Armstrong, la exnovia del fallecido cantante, Pete Ham, y fue el último éxito en la carrera de la banda británica. Aunque apareció en la banda sonora del filme de Scorsese, Infiltrados, en 2006, la canción es desconocida si la comparamos con otros clásicos de los ingleses como No matter what o Come and get it. Pero
eso parece que va a cambiar. Las escuchas en Spotify incrementaron en
9.000 por ciento, en las 11 horas siguientes a la emisión del capítulo.
Y, esa misma noche, iTunes vendió 5.000 copias del tema, según Billboard, cuando nunca antes había despachado más 1,000 por semana.
Gilligan, fan de Badfinger, no pensaba en Infiltrados cuando
elegió la canción. Golubić no supo que Scorsese la había utilizado
hasta que fue demasiado tarde. "Pensé, 'madre mía, si alguien utiliza
una canción de forma maravillosa e icónica, lo último que quieres hacer
es volverla a usar", explica.
Baby blue tiene una historia agridulce muy apropiada. El sello del grupo, Apple Records, propiedad de los Beatles, rechazó su álbumStraight up hasta que George Harrison,
y después Todd Rundgren, terminaron la producción. Tres años después,
Ham se suicidó a los 27 años. "Para mí, es una gran muestra de respeto
hacía una banda que lo pasó muy mal con este tema", dice Golubić.
En cuanto a la canción de Marty Robbins, El Paso, la canción que White escucha en una casete que encuentra en la guantera del Volvo
con el que regresa a Albuquerque, Golubić asegura que estaba escrita en
el guión. Está también relacionada con el título del último episodio: Felina. La
balada de Robbins de 1959 habla de una felina que besa la mejilla del
narrador mientras muere. "Parecía la canción perfecta para el último
viaje de White de vuelta a la ciudad".
Partamos de que: todo lo que hacen los demás y yo no sé hacer está chupado.
Es así.
La subestimación de las habilidades ajenas es una constante presente en
cualquier juicio fundado en la inexperiencia. Restar mérito a la
ejecución de tareas cuyos engranajes ignoramos es el abecé de la
bisoñez, y la música no suele escapar a sus atrevidas sentencias.
Versionar no es tocar la
canción de otro, sin más. No es una simple cuestión de destreza. Se
necesita algo más. Por supuesto, sería injusto negar el esfuerzo del
grupo que logra reproducir con exactitud alguna de las grandes baladas
de la historia del rock, por ejemplo, pero esa plausible coincidencia
con la original —salvo eventuales matices derivados de limitaciones
técnicas o falta de pericia— impide que el resultado pueda ser
considerado una versión.
La versión exige
diferencia; novedad; transformación. La interpretación idéntica es solo
interpretación. Meritoria, eso es innegable, pero interpretación pura y
dura. En la versión intencionada —y el calificativo es necesario, ya que
muchas veces la versión surge en realidad de la incapacidad del grupo
para ejecutar con precisión la original— se propone la realización de la
canción de una forma distinta. Se mantiene el chasis que traía de
serie, pero el tema se “tunea” hasta lograr la personalización deseada.
La conclusión, dicho todo
esto, es que las mejores versiones de la historia son aquellas que
aportando algo nuevo a la original, transformándola en una canción con
forma distinta pero idéntico fondo, son capaces de superarla y de
devolver a las partituras, tras su paso por fábrica, un tema todavía
mejor que el que salió de ellas. Ocurre en pocas ocasiones pero ocurre, y
de todas ellas aqui tenéis algunas.
My Way
La original de Claude François titulada Comme d’habitude, pasó a ser el conocido tema de Sianatra.
Cómo Sinatra terminó convirtiendo en un himno la canción de un ídolo francés de los 60 que Paul Anka se apresuró a versionar antes de que lo hiciese David Bowie es probablemente una de las historias más curiosas de la música. Anka escuchó Comme d’habitude y no dudó en adquirirla, convertirla en My Way
y ofrecérsela a su amigo Frank, que transformó un tema pop que había
pasado por las radios francesas sin pena ni gloria en un verdadero
ejercicio de solemnidad. Tal y como sucede con Hurt, My Way
sabe a última reflexión, pero en el caso de Sinatra el balance se salda
con soberbia y autocomplacencia. Ante la pregunta de si la versión
supera a la original, en este caso sobra cualquier análisis; basta con
comparar ambas canciones. De todos modos, que My Way
sea la canción que más veces ha sonado en la radio y de la que más
versiones se han escrito en toda la historia, es un dato que señala
al vencedor en cualquier debate al respecto.
Got My Mind Set on You
Original: James Ray; Versión: George Harrison
Poco se puede añadir a lo que es obvio y manifiesto. Rudy Clark compuso
esta canción en 1962 para el célebre cantante de R&B James Ray,
pero fue Harrison quien la convirtió en un éxito veinticinco años
después. Fue el último número 1 que un miembro de The Beatles logró en
solitario en Estados Unidos, desempatando así con Lennon y Ringo, que
alcanzaron la cumbre dos veces, pero todavía alejado de los nueve que ya
había conseguido McCartney. Queremos pensar que el bueno de George no
tuvo nada que ver con esa horterada de videoclip.
Twist and Shout
Original: The Isley Brothers
Versión: The Beatles
Y si
hablamos de las mejores bandas de siempre, hay que hablar necesariamente
de los “Fab Four” y de una de sus canciones más conocidas.
No obstante, todavía se puede
apreciar una evolución notable entre estas dos, y consistiendo en una
nueva reinterpretación de la original, no es injusto que sean The
Beatles los aquí destacados. Si a esto le añadimos que la versión fue
incluida al final de su primer disco, Please Please Me, grabado en apenas 10 horas, y que Twist and Shout
por poco se queda fuera del mismo porque la voz de John estaba muy
deteriorada debido a un resfriado y al esfuerzo invertido en las diez
canciones previas —como se puede apreciar en el audio por lo desgarrada y
estridente que fue su interpretación, estaba a punto de quedarse
afónico—, su inclusión en este recopilatorio no solo queda fuera de toda
duda sino que puede incluso considerarse un homenaje a la heroicidad.
Lennon solo dispuso de una oportunidad para grabarla. George Martin
quiso intentarlo una segunda vez pero fue imposible. Si en los quince
minutos que les quedaban de tiempo no hubiesen logrado terminar al menos
una toma, hoy en día no podríamos disfrutar de este mítico temazo.
Without You
Original: Badfinger
Badfinger, una de las bandas de moda gracias a la popular serie de Breaking Bad (Spoiler) y su tema con emotivo final de Walter White. Se reconoce al momento este tema que Harry Nilsson llevó a otro nivel, conviertiéndo su versión en un fijo de todas las listas de "románticas". Y es que destaca sobre todo su estribillo, en el que Badfinger parece que se queda a medias y no llega a un punto épico.
Strawberry Field era un hogar para niños en un suburbio de Liverpool, cerca de donde vivió su infancia un jovencísimo John Lennon.
Detrás del edifico podiamos encontrar una zona boscosa que John apodo "Strawberry Fields", donde paso parte de su infancia.
Los más cercanos a el, dicen que este fue el lugar donde se inspiró para ser músico.
Y es que John veía a los niños jugar
tras esas puertas rojizas, y se imaginaba como hubiese sido su infancia
si todo fuera así de fácil, ya que apenas conoció a su padre y paso su
infancia con su tía "Mimi".
El nombre de la casa se hizo
mundialmente famoso con el sencillo lanzado por The
Beatles en 1967 titulado "Strawberry FIelds Forever", escrita por Lennon. Su madre falleció un año mas tarde, haciendo de este sencillo, una pieza emotiva para el.
Aquí podéis escuchar un sencillo cover de la banda Bristol y un acústico más trabajado por Noel Gallagher